miércoles, 28 de julio de 2010

En la piscina

Ayer hizo un año justo que nos mudamos a nuestra actual casa y una de las principales novedades era que tiene piscina, lo que se agradece muchísimo, sobre todo en esta época del año.
Una de las ventajas es que somos muy pocos vecinos y difícilmente coincides con ellos, por lo que la mayoría de las veces parece que tienes una piscina privada.
Hace poco coincidí con unos vecinos, un matrimonio, podríamos decir de mediana edad, aunque tirando a mayores. Yo estaba leyendo tranquilamente un libro y ella se puso a hablar por el móvil, y yo, no es que sea cotilla, pero no podía evitar escuchar la conversación. Ella le contaba a un amigo/a que estaba en la piscina ya que hacía mucho calor, pero que no le gustaba mucho tomar el sol, que no lo aguantaba, vamos. Después se puso a hablar de un libro de un tercero que, según ella, era de metafísica de andar por casa. Y, sintiéndolo mucho, ahí tuve que desconectar, ¿metafísica? ¿en la piscina? Sí, es que tengo unos vecinos muy cultos, y como una es del montón...
Y menos mal que a esta buena mujer no le gusta tomar el sol, porque desde entonces la veo muchos días pasando las horas muertas en la piscina, al sol cual lagarto...

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