lunes, 27 de septiembre de 2010

Mi Gordito, el ciclista

Kikodil, la bici-cocodrilo del Gordito
Hace más o menos un mes le compramos una bici al Gordito. Yo pensaba que era demasiado pronto para mi chiquitín, pero su papi estaba empeñado en comprásela ya, porque si Valentino Rossi montaba en moto con dos años, cómo no iba a hacerlo su hijo..., en fin, la típica competitividad masculina.
Sólo le puse una condición, que no agobiara al Gordito demasiado, porque si le cogía manía a la bici, pues iba a ser peor. Y, por una vez y sin que sirva de precedente, me ha hecho caso y no ha agobiado al niño, demasiado...De hecho, el primer día dijo que le pasaba lo mismo que cuando intenta enseñarme a conducir, que quiere que haga las cosas bien y rápidamente, pero que no hay manera. Y lo le respondí, que parte de la culpa es suya, porque se pone muy alterado y altera a los demas... pero, bueno, mis problemas con el coche dan, más que para un post, para un libro entero...
El caso es que Gordito ha ido aprendiendo a su ritmo, al principio le teníamos que ir empujando (bueno, yo no, el padre, ya que fue idea suya, que se desrriñonara él, jeje); después hacía una especie de media pedalada con la que, incomprensiblemente, cogía velocidades de vértigo; el siguiente paso era empezar a frenar, y la verdad es que en las cuestas se maneja estupendamente.
Y por fin, ayer, se arrancó a pedalear de verdad! Hasta ayer daba alguna pedaladas completas, pero en seguida volvía a su rutina de "p'alante/p'atrás". Sin embargo, llegó un momento en el que empezó y siguió, y siguió pedaleando como un campeón. Vamos, que papi tuvo que ir detrás de él corriendo porque no le alcanzaba...
Así que ahí estaba mi Gordito, que no llega todavía a los tres años, volando como Induráin. Ya sé que debería decir cual Contador, pero, comprendedme, ya tengo una cierta edad y crecí con los records de Induráin...
Y mientras le veía volar no pude más que pensar en lo rápido que pasa el tiempo y que hace nada era un bebito recién nacido al que podía acurrucar perfectamente en mi seno... y ahora no hay quien le agarre!!!

jueves, 23 de septiembre de 2010

Los primeros días

Esta mañana, al llevar al Gordito a la guarde, salía una madre que se limpiaba torpemente los ojos intentando disimular unas lágrimas. A los dos minutos, ha vuelto a la guarde. Decía que con las prisas y su llanto no le había dado tiempo a decir quién era el niño... Pobrecita, era el primer día de su hijo en la guardería y eso es duro, muy duro. Tienes miedo de cómo estará, si le tratarán bien, si le has dejado en buenas manos, ¿realmente es necesario llevarle tan pequeño a la guarde? Miles de preguntas te asaltan en ese momento.

Me ha hecho recordar el primer día de mi Gordito. Afortunadamente, le dejé en la guardería de una amiga, por lo que conocía perfectamente las instalaciones, el proyecto educativo y a las profesoras. Pero la sensación de abandono no desaparece y las lágrimas afloraron en mis ojos.

Y me ha dado por pensar en más o menos dentro de un año, cuando mi Gordito tenga que ir al colegio de verdad. Entrará en un  nuevo mundo, sin el apoyo de sus profes a las que ya conoce, pasará a ser uno más dentro de un gran colegio y me pregunto si lo pasará muy mal...

Y es que esta vida está llena de primeros días, y en todos nos encontramos con dudas y temores. Y es que los primeros días son aterradores...

Nosotras, como mamis, también tenemos que pasar  por muchos primeros días, espero que podamos ayudar a nuestros pequeños para que sean más sencillo. Al fin y al cabo, estamos aquí para abrirles camino, ¿no?

sábado, 11 de septiembre de 2010

El mito de la conciliación

La liberación de la mujer supuso su incorporación al trabajo. La incorporación de la mujer a la vida profesional remunerada supuso, no un cambio de roles, sino un papel más para la mujer, es decir, que además de asumir las funciones de su carrera profesional, tenía que seguir desempeñando las tareas del hogar, si no todas, la mayoría, porque el hombre aunque colabora cada día más, no suele ser lo que se podría denominar como un auténtico compañero de tareas.

En la sociedad actual si una mujer antepone su carrera no se la suele ver como a una mujer de éxito, sino como a una ambiciosa sin sentimientos. Por el contrario, si prefiere volcarse en su familia o centrarse en su maternidad, es prácticamente una fracasada.

Encrucijada

Entonces, ¿qué se supone que debe hacer la mujer liberada? Ante todo, mirar por ella misma y decidir lo que ella prefiera, que será la decisión acertada. Incluso, puede intentar hacer las dos cosas, y aquí es donde, desgraciadamente más problemas va a encontrar.

Ni los planes de conciliación impulsados por las empresas presuntamente concienciadas con estos asuntos ni las acciones emprendidas por el Ministerio de Igualdad español consiguen la conciliación real entre la vida familiar y profesional.

¿Responsabilidad social?

Por un lado, están muchos empresarios, que pregonan a los cuatro vientos lo socialmente responsables que son, pero a la hora de implantar esas medidas realmente en su empresa no lo ven tan claro. Ni a la hora de promocionar a las personas (ya sean madres o padres, en esto no hay discriminación) que tienen fuertes dependencias familiares.

Por ejemplo, la reducción de jornada por maternidad, contemplada en España como un derecho hasta que los hijos cumplan 8 años. Y esa reducción en la jornada laboral conlleva, naturalmente, una reducción de sueldo, pero no conlleva necesariamente, una reducción en el trabajo que la persona saca a diario.

Es más, en la mayoría de los casos, las trabajadoras afectadas por una reducción de jornada por maternidad realizan el mismo trabajo que el resto de empleados. Por tanto, es, si se permite la expresión, un chollo para los empresarios, ya que pagan menos por el mismo trabajo, y como siempre, el único perjudicado es el trabajador. Sin embargo, las trabajadoras con reducción de jornada por maternidad son vistas por los empresarios como una lacra.

Teletrabajo


¿Y el teletrabajo? Otra utopía. En España no hay una concienciación generalizada sobre la realidad y la necesidad del teletrabajo. Muchos todavía piensan que el trabajo en casa es una forma más de fomentar el absentismo laboral y que realmente no se trabaja.

Pero esas mismas personas no se dan cuenta de que muchas veces es una necesidad y la única forma real de conciliar las dos vidas de la personas. Pero las empresas se suelen negar a conceder esta opción, pese a que las funciones del puesto de trabajo lo permitan.


Y por otro lado, están las administraciones públicas. Hablando por ejemplo del Ministerio de Igualdad, una de las últimas noticias que ha dado es la propuesta de prohibición de algunos cuentos clásicos considerados sexistas, como Blancanieves. La posición de la mujer en estos cuentos es de sujetos totalmente pasivos, que viven esperando a que llegue el príncipe azul y les salve de la bruja.


En la actualidad, la posición de la mujer/madre trabajadora es la de un sujeto pasivo, esclavizado por el trabajo y que espera que llegue la encarnación de su príncipe azul, es decir, el Ministerio de Igualdad, para que la salve de su aterradora situación.


¿Qué deparará el futuro?

Puede que esos cuentos sean sexistas, pero es a lo que la sociedad va a tener si no se realizan acciones que realmente favorezcan la conciliación. Si la mujer no puede compatibilizar su vida profesional con la personal, tendrá que quedarse en casa para cuidar de su familia y cuando quiera reincorporarse a las empresas tampoco querrán incorporarla porque o habrá estado muchos años fuera del mercado laboral o será “mayor” para el puesto.


Al final, no le quedará otra opción que quedarse en casa, tal y como lo hicieron sus abuelas. Al final, la liberación de la mujer la volverá a esclavizar.

Pero, pese a estos datos, la mujer española sigue apostando por la maternidad, tal y como muestra el Informe Nacional sobre la Infancia y la Maternidad en España 2010, realizado por Chicco, donde se refleja que el 54% de las mujeres españolas de entre 18 y 45 años ya son madres y que el 46% piensa tener hijos en el futuro. Por el lado contrario, sólo el 13% de las encuestadas ni tiene ni desea tener descendencia.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Empieza de nuevo el cole

Hoy ha sido el primer día del nuevo curso del Gordito en la guarde. Por supuesto, él se ha quedado estupendamente, dando besos a sus profes y deseando poder jugar otra vez con sus amigos.
Por mi parte, aunque tengo que reconocer que tenía ganas de que volviera, para recuperar esas horitas para mí mismo, me ha dado una pena enorme, que se han traducido en lágrimas una vez que he llegado a casa. ¿Cómo una personita es capaz de sacarme de mis casillas tan fácilmente y al mismo tiempo ser la personita a la que más quiero y necesito en este mundo?
Lo mejor ha venido a la hora de recogerle. Durante el mes de agosto, no sé si debido a que estaba con nosotros todo el día no estaba demasiado cariñoso, no nos echaba de menos. Sin embargo, cuando he ido a recogerle, ha puesto esa sonrisa de tiburoncillo que me vuelve loca y ha corrido a abrazarme gritando "Mamá".
Pues mira, han merecido la pena esas lágrimitas.