viernes, 26 de octubre de 2012

En busca de la conciliación

Pues eso, que estoy buscando un trabajo ideal y que se pueda conciliar... pero, ¡es tan difícil!
Aunque no me puedo quejar. Ahora mismo tengo dos ofertas sobre la mesa:
1. A 10 minutos en metro de mi casa. Con un horario de fábula, de 9:30 a 14 h. Es decir, dejo al Gordito en el cole y le recoge su padre a las 13:50. El sueldo, pues para las horas que son, no está mal, y más teniendo en cuenta que son todo beneficios ya que no tengo que invertir nada adicional. La principal desventaja: las funciones, que, aunque puedo desempeñarlas, no es para lo que me he preparado.
2. Un proyecto muy interesante, con muchas perspectivas de futuro, en el campo en el que me he preparado. Pero, a 35 km. de mi casa y con jornada completa. Lo que conlleva salir a las 18:30, contratar desayuno, comedor y actividades extraescolares... o tirar de los abuelos, claro. El resultado es que la mitad del salario se me va en estos extras...

Así que, tendré que tirar por el trabajo cercano y dejar aparcado un poco mi sueño profesional...

viernes, 12 de octubre de 2012

Mi hijo más y mejor...

El Gordito ya ha empezado su segundo año en el cole... y ya tiene su mejor amigo... lo que está muy bien... Lo que no está tan bien es la madre que tiene su mejor amigo. Es de estas madres que tienen los hijos mejores del mundo, que lo hacen todo estupendamente... en definitiva, una madre que prefiero tener muy, muy lejos... 

El problema es que el Gordito es muy impulsivo, un poco brutote y su hijo, a pesar de que es el mejor del mundo, es un poco delicado, que va andando y se tropieza con el aire... así que el resultado es que cuando se juntan, él siempre acaba en el suelo... y la madre detrás consolándole... y yo regañando al Gordito para que no sea tan bruto. 

Cuando se junta con otros niños la situación es totalmente diferente, son padres, no sé si más normales o más parecidos a nosotros, pero no estoy todo el rato estresada.

Ya he llegado a un momento en el que prefiero que no se junten fuera del colegio, más que nada porque no aguanto a la madre. La gota que ha colmado el vaso es una serie de comentarios sobre el fútbol y las habilidades futbolísticas de hijos y padres... 

Aunque por el momento no parece que le apasiones, queremos apuntar al Gordito a fútbol, para que aprenda a jugar y al mismo tiempo "sufra" un poco de disciplina... porque, para qué nos vamos a engañar, la necesita. Pero no quiero hacerlo en el colegio porque no deja de ser una actividad extraescolar dirigida a entretener a los niños hasta que los padres lleguen  y carecen de esa disciplina. Por el momento, le hemos apuntado a una escuela de fútbol del pueblo, aunque está en lista de espera hasta que queden plazas libres.

Al mejor amigo del Gordito le han apuntado en el colegio y le han puesto con niños de 4 y 5 años (normal, tiene 4...) y les ha dicho el monitor que chuta estupendamente (vamos, que a la madre le faltó decirme que era el que mejor chutaba del mundo mundial...) Y ya soltó la coletilla, "Ya me ha dicho mi hijo que al Gordito no le gusta el fútbol. Es que a I. se le da muy bien,  y le gusta mucho porque su padre es muy forofo". 

Y ahí es cuando salté. Porque si hay alguien al que le guste el fútbol en este mundo es al padre del Gordito.. Más forofo que él es difícil de encontrar, y no sólo de su equipo, sino del fútbol en general... por lo que le dije que eso era  una tontería y que no tenía nada que ver.
Y desde entonces intento no hablar con ella más que lo mínimo, para  no escuchar tonterías de "sí, pero mi hijo más"