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Kikodil, la bici-cocodrilo del Gordito |
El caso es que Gordito ha ido aprendiendo a su ritmo, al principio le teníamos que ir empujando (bueno, yo no, el padre, ya que fue idea suya, que se desrriñonara él, jeje); después hacía una especie de media pedalada con la que, incomprensiblemente, cogía velocidades de vértigo; el siguiente paso era empezar a frenar, y la verdad es que en las cuestas se maneja estupendamente.
Y por fin, ayer, se arrancó a pedalear de verdad! Hasta ayer daba alguna pedaladas completas, pero en seguida volvía a su rutina de "p'alante/p'atrás". Sin embargo, llegó un momento en el que empezó y siguió, y siguió pedaleando como un campeón. Vamos, que papi tuvo que ir detrás de él corriendo porque no le alcanzaba...
Así que ahí estaba mi Gordito, que no llega todavía a los tres años, volando como Induráin. Ya sé que debería decir cual Contador, pero, comprendedme, ya tengo una cierta edad y crecí con los records de Induráin...
Y mientras le veía volar no pude más que pensar en lo rápido que pasa el tiempo y que hace nada era un bebito recién nacido al que podía acurrucar perfectamente en mi seno... y ahora no hay quien le agarre!!!